A día de hoy, fumar tabaco ha dejado de relacionarse con la modernidad, con la masculinidad en el hombre o con la independencia de la mujer. En la actualidad, el fumador está acorralado, vive acosado por una sociedad que le ha puesto precio a su cabeza.
Las personas que mantienen el hábito molestan, no están bien vistas y viven bajo la constante mirada acusatoria del resto de ciudadanos. La necesidad de dejar este hábito es más acuciante ahora que nunca
antes.
Las posibilidades existentes, así como la ayuda que puede recibir el fumador, son elevadas pero esta adicción no es en absoluto sencilla de superar. Se necesita una alta capacidad de concienciación, apoyo externo y técnicas para que el propósito logre un resultado eficaz y duradero.
De entre todas las fórmulas para dejar de fumar, el vapeo es una de las que mejores resultados positivos está ofreciendo.
Fórmulas probadas para dejar de fumar
Las fórmulas para dejar de fumar tabaco se suceden unas tras otras. El uso de fármacos en los que se incluyen tratamientos de sustitución de la nicotina (elemento que crea la adicción), con bupropión (Zyntabac) y/o vareniclina (Champix), están considerados como eficaces, sobre todo
si la persona que recibe el tratamiento ha decidido seriamente dejar de fumar, ha reducido su consumo diario a un máximo de diez cigarrillos al día y lo ha intentado en ocasiones anteriores.
Por otra parte, el apoyo conductual con asesoramiento profesional también está considerado como una de las fórmulas más eficaces para dejar de fumar. Una terrible costumbre que tantas enfermedades y muertes ocasiona.
Este método podrá llevarse a cabo mediante un breve asesoramiento o con una orientación intensiva, con diferentes sistemas de ayuda que incluyen
contactos con otras personas, grupos, literatura, por teléfono…
El vapeo es una opción que gana adeptos cada día, ya que es un método que permite regular la cantidad de nicotina que se consume y, por tanto, hacer más llevadero el periodo de abstinencia. Es el momento en el que el organismo pide la cantidad acostumbrada de este tóxico uno de los más duros para dejar el tabaco.
El vapeo baja el nivel de este efecto en los fumadores.
Vapin
¿Qué es el vapeo?
El vapeo se ha convertido en toda una moda, se ha extendido rápidamente entre la población, sobre todo entre los más jóvenes, ya que representa una alternativa moderna y mucho más saludable que el tabaco.
También conocidos como cigarrillos electrónicos, los vapeadores son dispositivos que funcionan a pilas para calentar unas resistencias con las que convertir el líquido alimenticio que contienen en vapor, que será lo que finalmente inhale el vaper.
Las claves de su éxito
Como ya se ha comentado, la primera y más complicada dificultad para acabar con el hábito de fumar es el conocido como síndrome de abstinencia.
Es un periodo de tiempo durante el cual cualquiera de los que lo intentan vuelva a caer en este o cualquier tipo de adicción. Se trata de un componente puramente físico, pero que en el caso del tabaco también tiene un alto grado de injerencia psicológica.
Con el uso del vaper esta sensación se puede mantener bajo control e incluso hacerla desaparecer. Esto se consigue porque la reducción de la ingesta de nicotina (el elemento adictivo) se hace de manera progresiva, será el consumidor quien determine la cantidad de este producto en cada toma.
De esta manera, con cada número de cargas y según lo que su propio organismo le vaya pidiendo, podrá ir disminuyendo la cantidad que va tomando hasta que consiga igualarla a cero.
Por tanto, no tendrá por qué soportar ese periodo de abstinencia tan perjudicial e incómodo que produce la falta de nicotina en el organismo, evitando volver a caer en la adicción.
Muchos también ven el problema en el llamado mono o abstinencia psicológica, que no es otra cosa que la costumbre del juego que le da el cigarro, de usarlo como medida recurrente en fiestas, reuniones informales, después de comer…
El vapeo elimina este hábito al sustituirlo por la misma acción que se llevaba a cabo con el cigarrillo normal. La principal diferencia es
que recibirá entre un 95% y 98% menos de productos tóxicos, y eliminará, además, la desagradable sensación del mal olor.
Puede que el fumador no sea consciente de este elemento de mal olor que le acompaña, pero para los que se encuentran con él en las inmediaciones no pasa desapercibido y es bastante molesto.
Por lo tanto, queda claro que los fumadores que se pasan al vapeo ganan en salud y calidad de vida desde el primer día, y eso lo notan en las actividades diarias. La mayoría de los que se inician en el vapeo lo usarán como herramienta de transición, pero finalmente también dejarán de vapear.
No obstante, no son pocos los que se convierten en vapeadores, ya que es
habitual que le cojan el gusto a la enorme variedad de sabores y aromas que permiten los vaper, sirviéndoles de mecanismo para relajarse si molestar a nadie, al contrario, llenar las estancias de un agradable aroma.
Puntos en contra del vapeo
Las sustancias que forman parte del compuesto que finalmente inhala el consumidor a través del vapeo no están completamente legisladas. En un ambiente acuoso contiene algunos productos químicos, como pueden ser el propenglicol, el glicerol vegetal y la nicotina en proporciones que el propio usuario puede regular.
Por estos componentes se mantiene una lucha encarnizada entre aquellos que consideran que el vapeo no es útil para dejar de fumar y además es negativo para la salud, y aquellos otros que aseguran que hacen mucho más fácil la transición del fumador para dejar el tabaco.
Aunque los estudios indican que no es completamente inocuo, las investigaciones demuestran que es hasta un 98% más saludable que consumir cigarrillos tradicionales, por lo tanto, aconsejable para dejar la adicción.
La consideración de toxicidad se la da la glicerina que es un posible causante de neumonía. Por otro lado, el calentamiento que produce la resistencia puede dejar residuos en forma de carboncillos que se terminarán inhalando.
En cualquier caso, el número de organizaciones a favor de utilizar este mecanismo como ayuda para todo aquel que decide dejar el tabaco sigue creciendo. Todos ellos inciden en que se trata de un método para dejar de fumar, en ningún caso aconsejable para uso recreativo en personas que no sufren de este tipo de adicción.
Algunos ejemplos de estas organizaciones son Royal Australian & New Zealand College of Psychiratrist, National Health Service Scotland, British Medical Association, Cancer Research UK, Public Health England, Cancer Society of New Zealand o la World Health Organization, entre otras.